Cardona, famosa por su castillo y por las antiguas minas de sal, tiene un asentamiento de época romana con dos muros que datan de los siglos I y II.
Se trata de la primera construcción de esta época que se descubre en Cardona, cerca de la ciudad, el cerro del castillo y del valle salino.
Cardona fue el último bastión de la Guerra de Sucesión, cuando todo el país ya estaba controlado por el ejército borbónico, el 18 de septiembre de 1714, Cardona capituló en manos de Felipe V y, así, se puso punto final en la Guerra de Sucesión.
Cardona es conocida por la Montaña de Sal, un fenómeno natural único en el mundo y aún hoy crece a medida que la lluvia la erosiona. Sus 120 metros son sólo la punta de un enorme diapir de cerca de dos kilómetros de profundidad, todo un espectáculo de formas y texturas que ofrece el macizo salino.